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Diego Areso, director de Arte de EL PAÍS, galardonado con el Premio Gràffica 2018

23-11-2018

El departamento de Arte y Diseño de EL PAÍS ha recibido en menos de una semana el reconocimiento de dos premios. Los ÑH han otorgado al diario hasta 17 galardones a diferentes trabajos y  el director de Arte, Diego Areso (Miranda de Ebro, 1974), ha recibido el Premio Gràffica 2018. El jurado ha destacado que se trata de “una figura esencial en el diseño editorial actual” y que sabe transmitir que, “en una época de excesivos impactos visuales, la información periodística y los recursos gráficos son más necesarios que nunca”. El también periodista defiende que cada historia tiene su propia forma de contarse y que para encontrarla, redactores y diseñadores deben trabajar en común.

-Dos reconocimientos en menos de una semana, ¿cómo los recibe?

-Uno de los premios es a todo el trabajo de EL PAÍS y eso está muy bien porque estamos intentado mejorar tanto el aspecto de las páginas como el de la web, avanzar en el diseño del periódico. El otro es un premio al diseño editorial. Me gusta que el premio Gràffica sea a un periodista que trabaja como diseñador de prensa porque normalmente es una rama del diseño gráfico que no tiene mucho prestigio y creo que hay que reivindicarla.

-¿Qué relevancia tiene el diseño en una información periodística?

-Cuando doy clases siempre les digo a los alumnos que un diseñador que no se lee los textos va a hacer páginas vulgares y que un periodista que no sabe nada de diseño se pierde un montón de posibilidades a la hora de presentar su información. Para mí es clave cómo presentas una información, como exprimes las posibilidades gráficas y de interacción: el texto puede interactuar con la foto, la foto con el vídeo, el vídeo con la infografía… Cada historia tiene una forma de presentarse. Hay historias que funcionan solo con texto, ni siquiera ladillos; hay informaciones que no necesitan texto, que con tres fotos basta. Una de las cosas que tiene que hacer el diseño es ayudar a los redactores a buscar cuál es la mejor manera de presentar cada una de las informaciones.

-¿Cómo es la coordinación con el resto de departamentos implicados en la configuración de una noticia?

-Las redacciones, sé que es un tópico, son como una familia casi siempre disfuncional, todo el mundo tira para su lado. En esa dinámica, Fotografía quiere que salga mejor su imagen, el informador que su texto vaya completo, en redes sociales tener un buen titular... Es ahí donde el director de arte tiene que mediar. Hay que buscar un equilibrio entre una presentación espectacular y que se lea el texto.

-¿Ha cambiado la concepción de la imagen de la noticia en los últimos años? ¿Cómo ha sido dentro de EL PAÍS?

-EL PAÍS siempre ha tenido el diseño gráfico como uno de sus valores punteros. El diseño que hicieron Reinhard Gäde y Julio Alonso rompió todos los moldes, no solo en la prensa española, casi en la prensa mundial. Era sobrio y cuidaba muchísimo la presentación. Dentro de las posibilidades técnicas de hace 42 años, limitadísimas, EL PAÍS fue un bombazo. Después, ha tenido sus altos y sus bajos, con momentos gloriosos y muy innovadores. La web está innovando todo el tiempo, sobre todo ahora con el LAB buscan nuevas formas de contar constantemente. Lo que estamos intentando ahora es que, con las limitaciones de presupuesto que existen en la prensa, de plazos y con la revolución tecnológica, que la información y el diseño funcionen como un todo.

-De todo eso, el presupuesto, el tiempo, las limitaciones de los soportes… ¿Qué es lo peor para el desarrollo del diseño?

-Siempre es una cuestión de dinero. La prensa ha estado en crisis y para lo que antes tenías unos recursos ilimitados, con menos prisas y más gente, ahora no. El ahogo de los recursos se ha transformado en menos medios para hacer las informaciones. Muchas salen adelante a base de horas y empeño.

-¿Qué objetivos o criterios persigue el departamento de Arte y Diseño de EL PAÍS?

- EL PAÍS es un periódico de referencia, con una distribución global y puede innovar porque tiene más medios que otros periódicos, pero también una audiencia mucho mayor que la de cualquier otro medio en español y, por tanto, más repercusión. Esto puede ser un problema porque no podemos pasarnos de innovadores. Hay que buscar un equilibrio entre la sobriedad de EL PAÍS, su tradición gráfica innovadora y sorprender a los lectores. El objetivo es, dentro de esa sobriedad, aportar poco a poco nuevas formas de presentar las noticias sin espantar a los lectores.

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