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28-05-2024
El mundo está inmerso en una creciente y devastadora crisis alimentaria. Los conflictos, las crisis económicas, los efectos del cambio climático y el alza del precio de los alimentos se combinan para crear una crisis de hambruna de proporciones nunca vistas y que agrava las crisis humanitarias en todo el mundo y deja a millones de familias necesitadas de ayuda. Y es que unos 783 millones de personas padecen hambre crónica, según los últimos datos hechos públicos por el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El número de personas que se enfrentan al hambre extrema casi se ha duplicado desde 2019 hasta alcanzar los 258 millones en 58 países en 2023. En 2022, 35 millones de personas en 39 países estaban al borde de la hambruna y se prevé que 600 millones de personas sufrirán desnutrición crónica en 2030. Además, las necesidades humanitarias se han duplicado en los últimos cuatro años: una de cada 23 personas necesita ayuda humanitaria solo para sobrevivir; la mitad de ellas que se corresponde con la alarmante cifra de 170 millones son niños y niñas.
“Por todo ello, las ONG del Comité de Emergencia, Aldeas Infantiles SOS, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision, alertamos de la necesidad urgente de liderazgo internacional y voluntad política para impulsar una respuesta inmediata y abordar las causas profundas del hambre, ofreciendo soluciones sostenibles, colaborativas e impulsadas localmente. Porque además de las graves consecuencias en la salud de las personas, el hambre trae consigo problemas de acceso a la educación y la violación de derechos fundamentales, especialmente para los sectores más vulnerables como son la infancia, y en particular los niños, niñas y adolescentes que han perdido el cuidado parental o están en riesgo de perderlo, o las mujeres”, afirma Sara Barbeira, directora del Comité de Emergencia.
En todo el mundo los conflictos, los efectos del cambio climático y las crisis económicas se complementan mutuamente en una espiral que está agravando las crisis humanitarias. A esto se suma el hecho de que los precios de los alimentos siguen creciendo sin encontrar un techo y un ejemplo de lo que esto significa es que el PMA gasta ahora un 44% más al mes para comprar la misma cantidad de alimentos que antes de la pandemia. Eso supone que, por la misma cantidad, antes el PMA podía alimentar a cinco personas y ahora solo a tres.
Los que más sufren esta subida son los países más pobres, especialmente los afectados por conflictos violentos, fenómenos climáticos extremos y desplazamientos forzosos. Así lo pone de manifiesto World Vision en su informe Price Shocks que analiza los precios de los alimentos a partir de septiembre de 2023 y revela que una cesta de alimentos que costaría 1,5 horas de trabajo en Australia, Irlanda o Singapur le llevaría a un trabajador medio 36 días ganar el dinero para comprarla en Burundi y 25 días en la República Centroafricana.
Brecha de género y menores, otra realidad de la crisis alimentaria
“Las cifras del hambre muestran una imagen sobrecogedora y, sin embargo, también es mucho lo que ocultan”, explica Fernando Álvarez, director de Marketing y Fundraising de Plan International, que recientemente ha realizado el estudio Más allá del hambre: el impacto de género de la crisis mundial del hambre. “Los países con mayor inseguridad alimentaria son también los que tienen una mayor desigualdad de género. La desigualdad de género influye en cómo se produce y consume la comida y determina las estrategias que las personas ponen en marcha para afrontar el hambre. A menudo se pasa por alto el rol del género a la hora de determinar cómo experimentan la inseguridad alimentaria los niños, niñas y adolescentes”.
En este sentido, las ONG especializadas ponen de manifiesto que las mujeres comen menos y después de los niños y hombres en su mismo hogar. Los hogares encabezados por mujeres o niños y niñas, particularmente en las comunidades desplazadas, y las niñas y mujeres con discapacidades se enfrentan a barreras desproporcionadamente más altas para acceder a la comida. La realidad es que casi el 30% de las mujeres de todo el mundo sufre inseguridad alimentaria de moderada a grave.
“La promesa de acabar con el hambre se aleja en un mundo en el que la ayuda oficial al desarrollo se estanca”, explica Pilar Orduña, responsable humanitaria de Oxfam Intermón.
Sobre el Comité de Emergencia
A finales de 2015, se creó el Comité de Emergencia español, del que el Grupo PRISA forma parte para ejercer una labor de altavoz a través de sus medios de comunicación. Está compuesto actualmente por seis ONG de ámbito internacional -Aldeas Infantiles SOS, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision-. con vocación de ser un mecanismo de respuesta rápida ante situaciones de emergencia que permita la coordinación entre ONG, empresas, medios de comunicación y la ciudadanía. El Grupo PRISA colabora, como medio de comunicación, con esta organización. Las vías de colaboración con el Comité de Emergencia para colaborar ante esta crisis pueden consultarse a través de este enlace: -https://www.comiteemergencia.org/vuelve-el-hambre/#donar
Más información: https://www.comiteemergencia.org/
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