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El presidente argentino inaugura el foro organizado por EL PAÍS y PRISA 'Invertir en Argentina'

02-03-2017

Mauricio Macri ha viajado a España para explicar que el cambio que se ha producido en su país es de fondo. Insistió mucho en esa idea al inaugurar el foro Invertir en Argentina, organizado por EL PAÍS y PRISA, uno de los puntos importantes de la visita. Después de 13 años de kirchnerismo el país dio un giro al apoyar a Macri y tras un primer año muy duro, con fuerte recesión, en 2017 todos los analistas esperan que Argentina vuelva a crecer. Macri mantuvo un diálogo con el presidente de EL PAÍS y PRISA, Juan Luis Cebrián, en el que defendió, ante las inquiedudes de que Argentiva vuelva a su tradición de dar un nuevo vuelco en pocos años, que esta vez es diferente porque el cambio ha "venido de abajo arriba".

"Muchos me preguntan por qué esta vez la Argentina no va a volver a sorprendernos negativamente. Hay que entender el proceso. No es algo que inventé yo. Los argentinos dijeron basta de engañarnos, de mentiras, de echarle la culpa al mundo de lo que pasa, del papel de víctimas, del nacionalismo autocompasivo. La gente dijo: tenemos capacidad, desarrollémoslo", explicó. En el encuentro, patrocinado por Abertis, BBVA, Iberia, Indra y Telefónica, con la colaboración de Radio Continental y El Nueve, participaron también cuatro ministros argentinos -Francisco Cabrera, de Producción; Andrés Ibarra, de Modernización; Susana Malcorra, de Relaciones Exteriores, y Jorge Triaca, de Trabajo- y dos españoles: Alfonso Dastis, de Exteriores, y Luis de Guindos, de Economía.

Macri fue presentado por el director de EL PAÍS, Antonio Caño, quien celebró que "Argentina está de vuelta en América Latina y en el mundo, como socio político y comercial" después de pasar "años difíciles igual que otros países de América Latina". Macri pidió paciencia: "No se sale del populismo de un día para el otro. Es un proceso de purificación". Pero a la vez mostró una enorme confianza en la capacidad de los argentinos de salir de las crisis. Lo hizo en tono relajado y con ironía: "Argentina cambió, sabemos que hay talento, hay innovación. Tanto despelote que armamos tantos años nos ha hecho más creativos", soltó entre risas de los asistentes. En todo momento insistió en que tardarán en salir de la crisis, aunque este año volverá el crecimiento a Argentina: "No es que las dificultades acabaron, pero ahora dejamos de lado la intolerancia y ponemos la verdad sobre la mesa".

Mientras en Argentina a Macri le espera una importante huelga de maestros y otros conflictos, en España se ha encontrado con mucho apoyo a sus reformas. El único problema real, el conflicto con Telefónica, se ha dejado en suspenso, aunque poco después del foro de EL PAÍS Macri se reunió con José María Álvarez Pallete, su presidente, y no parece resuelto, al menos de momento. Telefónica reclama a Macri que no favorezca al Grupo Clarín en el mercado de las telecomunicaciones argentino.

El entusiasmo que ha encontrado estos días Macri en Madrid con su giro político coincide también con algunas dudas empresariales de que este cambio tenga continuidad en el tiempo y el presidente o el que le siga mantenga esta línea muchos años. El presidente del BBVA, Francisco González, resumió esa sensación generalizada durante su participación en el foro de El PAÍS. "Lo importante es que este Ejecutivo tenga el tiempo suficiente para hacer las cosas. El destrozo de los últimos años ha sido muy grande y necesita tiempo. Es importante que el próximo Gobierno, sea este u otro, se incorpore a esa política".

Durante la conversación con el presidente argentino, Cebrián quiso saber que visión tiene Macri de Donald Trump, sobre todo porque el argentino es "el único presidente del mundo que conoce bien a Trump", en palabras del presidente de PRISA, porque hicieron negocios juntos cuando Macri era muy joven. El presidente explicó que, en efecto, tuvieron mucha relación y compartieron muchas horas de golf, y admitió que es un "personaje muy particular", pero evitó criticarle. "Hay que darle tiempo. Es un hombre de mucho olfato, muy pragmático. Va a actuar según vea que es posible. Él siente lo que ven muchos americanos de yo soy el país rico y todos me sacan ventajas. Quiere encontrar un lugar nuevo del que negociar. Vamos a ver si lo encuentra. Hay mucha preocupación en el mundo acerca del futuro del empleo, eso lleva a muchos miedos y eso hace que se tomen posiciones exgtremas. Pero el problema no es la globalización es la revolución electrónica. Y no se puede parar como no se paró la revolución industrial. Hay que adaptarse", remató.

Con Trump mantuvo las cautelas, pero con Venezuela fue incluso más lejos de lo que había llegado hasta ahora. Cuando Cebrián le preguntó si Argentina está dispuesto a apoyar que se aplique la cláusula democrática con Venezuela en la Organización de Estados Americanos, y si respalda la intención de su secretario general, Luis Almagro, de someterlo a votación, Macri fue muy claro. "Yo estoy para ayudar de todas las maneras que sean posibles. Venezuela y España son los países que más exiliados recibieron durante la dictadura militar argentina. Parece que en Venezuela siempre hay otro escalón hacia el infierno. Todos los días empeora la situación. Nosotros hicimos enorme tarea suspendiendo a Venezuela de Mercosur. Era un mensaje. Si el mensaje de aplicar la carta democrática en la OEA suma hagámoslo, pero hay que conseguir los votos. Hay una dependencia de muchos países de Venezuela y su petróleo. Almagro tiene nuestro apoyo. Pero cada país es un voto. Lo cierto es que el proceso es dramático. El que expresa algo distinto va preso, es una locura".

Fuente: Carlos E. Cué EL PAÍS

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