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El País recibe el Premio Internacional a la Libertad de Prensa por los papeles de Wikileaks

07-04-2011

Las publicación de los documentos de la diplomacia de Estados Unidos filtrados por Wikileaks supone una "recuperación del papel de contrapoder que le correspondió a la prensa". Por este motivo resumido por el director de la Cátedra Unesco de Comunicación de la Universidad de Málaga, Bernardo Díaz-Nosty, se ha concedido el Premio Internacional Libertad de Prensa 2011 a las cinco publicaciones que publicaron estos documentos: los diarios El País, The Guardian, The New York Times y Le Monde y el semanario alemán Der Spiegel. El director adjunto de El País, Vicente Jiménez, que ha recogido el premio, ha destacado que la difusión de las filtraciones ha demostrado que "no es la información y el desconocimiento lo que desestabiliza a una sociedad, sino las malas políticas de los malos políticos".

Jiménez ha resaltado también como este episodio ha servido para reivindicar y reforzar el papel de "la prensa de referencia", que "sigue siendo imprescindible", como evidencia el hecho de que "un ariete del nuevo activismo hacker como es Wikileaks ha recurrido a organizaciones tradicionales, a dinosaurios del periodismo para poder analizar un volumen de información tan descomunal", en referencia al prestigio de las publicaciones que las difundieron y que han recibido el premio en un acto celebrado a mediodía en el rectorado de la Universidad de Málaga.

Para el catedrático Díaz Nosty, la publicación de los documentos de Wikileaks marca un punto de referencia a celebrar en la historia reciente del periodismo porque supone rescatar su papel como elemento esencial de la democracia. "Sin periodismo hay menos democracia y más corrupción", ha afirmado. En esta línea, el director adjunto de El País ha citado como una de las lecciones aprendidas por la difusión de estos documentos que "quienes defienden la necesidad de mantener el secreto decisiones tomadas en nombre de los ciudadanos a los que dicen representar no hacen sino demostrar su desconfianza hacia la democracia". Vicente Jiménez, para quien el ecosistema informativo debe ya acostumbrarse a nuevos actores como Wikileaks, ha recalcado que estas filtraciones "abren nuevos caminos a la prensa" porque se genera "una demanda creciente de transparencia que redunda en uno de los fundamentos del buen periodismo: los secretos pueden y deben ser relevados en nombre del interés general".

La difusión de Wikileaks hubiera sido "impensable" hace unos años, según Jiménez, para quien otra de las lecciones aprendidas es que las mismas herramientas tecnológicas que permiten a los Gobiernos y grandes corporaciones privadas controlar la información que circula por la red, son las que le hacen también vulnerables, y ha considerado "revolucionario" que 250.000 cables diplomáticos quepan en un lápiz de memoria. Eso si, el director adjunto de El País ha alertado de que la difusión de los documentos puede tener el efecto indeseado de que los gobiernos traten de imponer mayores restricciones al acceso de los ciudadanos a la información, pero ha concluido que "es un riesgo que sin duda merece la pena correr".

Los representantes de The Guardian y Le Monde que han recogido el premio han coincidido en destacar también como hito de Wikileaks el hecho de que cinco publicaciones hayan colaborado y trabajado en una misma historia al mismo tiempo. "Cuando se produce esta colaboración se pueden obtener calidad y resultados incomparables y se puede crear un bloque capaz de resistir menos los ataques", ha dicho Yves Eudes, reportero de Le Monde.

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