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Vargas Llosa: Una novela puede cambiar la historia

07-12-2010

Totalmente repuesto de una afonía, pero con los efectos aún del hematoma que le causó ayer una caída, Mario Vargas Llosa ha ofrecido hoy un emotivo discurso en la Academia Sueca en el marco de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de Literatura de 2010, informa Juan Cruz.

El texto, de 19 páginas, se titula Elogio de la lectura y la ficción. El escritor ha comenzado explicando lo que ha significado la lectura en su vida: "La lectura convertía el sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura", cuenta Vargas Llosa, quien recuerda a su madre "que solía emocionarse y llorar leyendo los poemas de Amado Nervo y de Pablo Neruda".

Ha agradecido a varios "maestros" que le ayudaron cuando no era fácil escribir historias: Flaubert, Faulkner, Martorell, Cervantes, Dickens, Balzac, Tolstoi, Conrad, Thomas Mann... "Si convocara en este discurso a todos los escritores a los que debo algo o mucho sus sombras nos sumirían en la oscuridad".

El Elogio a la Lectura: "Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida". El Elogio a la Ficción: "Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola". "Una novela, una obra de taetro, un ensayo.. pueden cambiar el curso de la historia", ha asegurado.

Vargas Llosa ha leído su discurso en español, de forma pausada, como si tuviera todo el tiempo del mundo. "La buena literatura tiende puentes entre gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan".

El escritor ha mencionado los tiempos turbulentos que vivimos y ha hecho una defensa abierta de la democracia liberal: "Con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternativa en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral y acercándonos -aunque nunca llegaremos a alcanzarla- a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura, aquella que sólo inventándola, escribiéndola y leyéndola podemos merecer".

Ha aprovechado para exteriorizar su odio a "toda forma de nacionalismo". "Nada ha contribuido tanto como el nacionalismo a que América Latina se haya balcanizado, ensangrentado en insensatas contiendas y litigios y derrochado astronómicos recursos en comprar armas en vez de construir escuelas, bibliotecas y hospitales", ha dicho.

Deuda

No ha excluido de su discurso la deuda que tiene con España, pero siempre añorando a su Arequipa natal, a su Perú.

"Nunca me he sentido extranjero en Europa, ni, en verdad, en ninguna parte". "Quiero a España tanto como al Perú y mi deuda es tan grande como el agradecimiento que le tengo". "Jamás he sentido la menor incompatibilidad entre ser peruano y tener un pasaporte español porque siempre he sentido que España y el Perú son el anverso y el reverso de una misma cosa, y no sólo en mi pequeña persona, también en realidades esenciales como la historia, la lengua y la cultura".

Ha recordado con especial nostalgia los cinco años que vivió en Barcelona a comienzos de los años setenta: "Para mí, aquellos fueron unos años inolvidables de compañerismo, amistad, conspiraciones y fecundo trabajo intelectual. Igual que antes París, Barcelona fue una Torre de Babel, una cuidad cosmopolita y universal, donde era estimulante vivir y trabajar, y donde, por primera vez desde los tiempos de la guerra civil, escritores y latinoamericanos se mezclaron y fraternizaron".

No ha faltado, en el que es tal vez el discurso más importante de su vida, la mención a su esposa de hace ya 45 años, Patricia. "Sin ella -y se le quiebra la voz- "mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico y no hubieran nacido Álvaro, Gonzalo, Morgana ni los seis nietos que nos prolongan y alegran la existencia". "Es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: 'Mario, para lo único que tú sirves es para escribir'", ha dicho señalándola, entre las risas de ella y los aplausos de los invitados a la ceremonia de la Academia Sueca.

Entre los asistentes se han estado su agente literaria desde hace más de 40 años, Carmen Balcells, así como su amigo el artista peruano Fernando de Szyszlo. También ha acudido toda su familia, incluidos sus nietos adolescentes, así como la ministra de Cultura de España, Ángeles González Sinde, el de Perú, Juan Osio, y la directora del Cervantes, Carmen Caffarel. También están la mayoría de sus editores extranjeros y su editora en lengua española, Pilar Reyes, directora de Alfaguara.

Una última recomendación: "La nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa. Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible". Ovación, con todos de pie. Abrazos entre lágrimas. Reconocimiento. Fin de un discurso altamente emotivo.

Fuente: EL PAÍS

'Elogio de la lectura y la ficción' DOCUMENTO (PDF - 88,29Kb)

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